De Sarria a Santiago. 115 km en 5 días
El Camino de Santiago es una de esas cosas que hay que hacer al menos una vez en la vida, de esas que todo el mundo habla como una experiencia personal increíble a pesar de las posibles ampollas, rozaduras o calambres. Es una de esas cosas que llevaba tiempo planteándome y a la que no me terminaba de lanzar… hasta este mes de octubre en el que por fin decidí emprender esta estupenda aventura, eso sí, en versión light, 115 km, desde Sarria a Santiago de Compostela en 5 días.
Ya os adelanto que me he quedado con ganas de más, y sí, ¡¡¡El Camino engancha!!! Así que espero no tardar en recorrer nuevas etapas y disfrutar del que es el primer Itinerario Cultural Europeo. Pero esto es un blog gastronómico, así que de eso os voy a hablar, de nuestros altos en el Camino para recuperar fuerzas y degustar la riquísima y más que abundante comida gallega.
Sarria – Portomarin
Partimos desde Sarria donde nos dejó nuestro tren-cama, tras un desayuno en el bar de la estación, el cual estaba abierto a las 6.50 de la mañana para peregrinos madrugadores, iniciamos nuestra primera etapa. La primera parada para coger fuerzas fue en Casa Morgade (km 12) donde unos impresionantes bocadillos hicieron las delicias de nuestro paladar, jamón con tomate, bacon con queso, tortilla de chorizo… mmm, no sé me ocurre nada mejor!! La casa es muy agradable y ofrece los servicios de bar, restaurante y albergue. Sin duda una parada estratégica. Continuamos la marcha unos cuentos kilómetros más hasta Mercadoiro (km 16,8) donde un precioso albergue con jardín y vistas al campo lucense nos tentó. Una buena cerveza fue la guinda del pastel!!
Ya faltaba poco para Portomarin, así que continuamos del tirón. Allí descubrimos el que podría definirse como el local de moda, O Mirador, un bar restaurante con estupendas vistas que ofrece menú del día y carta, además en el piso de arriba tiene un restaurante para peregrinos sibaritas con espectaculares carnes gallegas, eso sí, es imprescindible tomar un primero y un segundo. Como nosotros preferimos picar nos quedamos en la planta de abajo para disfrutar de unas riquísimas zamburiñas, navajas a la plancha, típica empanada gallega y una ración de pulpo regado con un estupendo Albariño Terras Gaudas… ¡¡qué más podemos pedir después de haber llegado ilesos a nuestro primer destino!!
Portomarin – Palas de Rei
El segundo día nos esperaba una etapa un pelín más larga… tras desayunar en el plaza de Portomarin nos pusimos a caminar hasta el kilómetro 11,8 donde decidimos repetir nuestro ritual del primer día, un buen bocata esta vez de atún y tomate ¡revive a un muerto! Paramos en el Hostal Labrador el cual tenía una agradable terraza con muy buenas vistas ¡qué paisajes!
Había que seguir… y sin prisa pero sin pausa anduvimos sin parar hasta el Mesón A Brea (km 22) a rebosar de peregrinos. Conseguimos hacernos con una mesa en la terraza y tras una ligera espera, teníamos frente a nosotros una buena tabla de embutidos y quesos, ¡qué placer tan sencillo!
Al llegar a nuestro destino y acomodarnos en nuestro albergue (Albergue San Marcos), por cierto nuevo, limpio y cómodo, nos fuimos a tomar una buena Estrella Galicia al Café Bar Central, un bar de siempre con un dueño muy agradable. Era hora de cenar y teníamos antojo de pulpo una vez más… Descubrimos junto al Ayuntamiento la Pulpería Casa Camiño, todo un encuentro!!! Pulpo a la gallega rico rico, entrecot de ternera gallega y almejas marinera regado con un vino tino de Ribeira Sacra “Cepa Vella” que nos sorprendió gratamente Un restaurante que os recomiendo sin duda.
Palas de Rei – Arzúa
Llegó el día de la etapa más larga… 30 km por delante y un día que comenzó gris pero que poco a poco fue despejando. Desayuno en el albergue y a caminar!!!! Nuestro objetivo era llegar a comer a Melide (km 14) una de las cunas del pulpo gallego. A la 1 estábamos allí con un hambre atroz. Aunque la pulpería más famosa es Ezequiel, nosotros acabamos en Pulpería A Garnacha, la palabrería del hombre que cocía el pulpo nos convenció. El local es muy grande y está lleno de grandes mesas con bancos corridos para dar cabida a peregrinos y locales. Pulpo, caldo gallego, chorizo a la brasa, pimientos de padrón y chuleta de ternera… un homenaje merecido y necesario, además la comida nos encantó, ahh y vino de la casa en taza.
Tras este estupendo receso continuamos nuestro peregrinar hasta Arzúa con una parada para un café y un plátano. Finalmente llegamos a nuestro destino tras una etapa larga e intensa. En Arzúa hay muchas opciones para comer o cenar pero nosotros tiramos de la opción más tradicional, Casa Teodora, todo un clásico de mantel y servilletas de tela ¡qué lujazo! Sirven platos de comida gallega y cuenta con muy buenas críticas. Nos gustó aunque nos quedamos con las dos últimas pulperías de las que he hablado antes. Merluza a la gallega, ensaladilla, almejas, gambas al ajillo y solomillo con queso de Arzúa, no está mal ¿verdad?
Arzúa – Pedrouzo
Una etapa de menos de 20km y con el entrenamiento de los últimos días era coser y cantar, jeje y así fue, a mediodía estábamos en Pedrouzo y con una sola parada para tomar un café. Escogimos un sitio de menú que no nos convenció, así que no os hablaré de él… pero por la tarde descubrimos un local encantador, Casa de Calma, un poco escondido pero que merece la pena conocer para tomar una cerveza o un vino con buena música y un entorno acogedor! No tienen cocina pero pueden pedir unas pizzas caseras a un local de Rua que por los visto están riquísimas, nosotros no teníamos tanto hambre, así que optamos por una cena ligera en otro bar que tampoco nos dijo nada especial.
Pedrouzo – Santiago
Ya tocábamos Santiago, la etapa más emocionante sin duda. Tras un alto antes de llegar al Monte do Gozo, seguimos sin parar hasta pisar la plaza del Obradoiro a las 13:00. Visita obligada a la catedral, abrazar al Santo y dar gracias por lo afortunados que somos. Como afortunados que somos y tras recibir la Compostelana, enfilamos la Rua Franco en busca de una mariscada para despedir estos 5 días inolvidables. La calle está repleta de locales que ofrecen mariscadas a precios bastante razonables, del órden de 20€ por persona, lo cual es un precio más que competitivo. Nos dejamos caer en Casa Da Collona donde pedimos mariscada para 4 (zamburiñas, vieiras, navajas, percebes, mejillones y buey de mar) muy buena la relación calidad – precio, está claro que hay mariscadas mejores pero no por 20€ cada uno. Albariño y Tarta de Santiago fueron el broche de oro.
Para los amantes del queso como yo, os recomiendo una tienda que ha abierto recientemente “A Fromaxeria” con una estupenda selección de quesos gallegos, nacionales y extranjeros… por si os apetece llevaron un souvenir sabroso de Galicia.
Tras pasar estos 5 días puedo, sin duda alguna, reafirmar el slogan de esta comunidad ¡¡Galicia Calidade!! Volveré y espero no tardar mucho.
Por cierto, no dejéis de asistir a la misa del peregrino, muy emotiva, al menos para mí, después de estos intensos días.
¡Buen Camino!